Otro año
más conmemoramos el Día contra la violencia de Género con tristeza
porque aún no hemos dado con la vacuna efectiva para erradicar, de
una vez por todas, esta tremenda vergüenza social. Pero más triste
aún es que tampoco estamos poniendo los medios necesarios para
combatir esta lacra.
La
aprobación de la Estrategia Nacional contra la Violencia de Género,
que contará con un presupuesto de 1.539 millones de euros durante su
periodo de vigencia, de 2013 a 2016, cuyo principal objetivo "es
la protección de las mujeres pero también la de los hijos menores
que sufren esa violencia de género", es un paso importante.
Pero no nos podemos quedar en el terreno de los anuncios políticos.
Desde CSI-F vamos a poner especial énfasis en favorecer su
desarrollo con medidas concretas.
Esta tremenda lacra que sufre nuestra sociedad es responsabilidad de toda la sociedad en su conjunto, pero muy especialmente de los poderes públicos y de sus actuaciones. Algo debemos replantearnos cuando de las 44 mujeres víctimas de violencia de género en lo que va de año, solo 8 habían presentado denuncia previa contra su agresor. Una situación que no podemos ni debemos normalizar y a la que hay que ponerle freno.
Desde
CSI-F, sindicato más representativo en las administraciones
públicas, queremos subrayar la responsabilidad que tenemos desde las
instituciones para combatir este problema desde el ámbito público.
Las
mujeres maltratadas tienen derecho a unos servicios públicos de
calidad tanto en el mundo urbano como en el mundo rural, en CSI·F
defendemos la prestación de unos servicios públicos de calidad,
adecuados a las características específicas para luchar contra la
máxima desigualdad, en particular en los ámbitos de justicia, de la
educación, la sanidad, la seguridad ciudadana, servicios sociales,
de forma que las personas responsables de los servicios públicos
dispongan de las herramientas necesarias y que sean lo más
accesibles posibles a todas las mujeres que sufren violencia de
género.
La
implicación y coordinación de las tres Administraciones, junto a la
tarea diaria de los/as empleados/as públicos/as que conocen de
primera mano el sufrimiento que genera esta mortal desigualdad, son
una base solida para encontrar la salida de este oscuro túnel.
Lamentablemente,
comprobamos que estamos muy lejos de lograr esta implicación,
precisamente porque la propia Administración General del Estado
incumple su propio Plan de Igualdad. De hecho, la inmensa mayoría de
los objetivos marcados en este I Plan de Igualdad no se han llevado a
efecto y adolece de serias carencias en aspectos como la prevención
de los casos de violencia de género.
La
mayoría de los centros carecen de protocolos por acoso sexual y
violencia de género, así como protocolos de movilidad para las
víctimas. Además hay una gran desinformación y ausencia de
indicadores para detectar y hacer un correcto seguimiento de este
problema.
En CSI-F
lo tenemos muy claro.
Poco
vamos a conseguir si la propia administración no actúa de manera
ejemplar y ejemplarizante aplicándose así misma las recetas que
propugna para otros ámbitos.
Por eso,
desde CSI-F vamos a intensificar nuestra acción sindical para
garantizar que la promoción de la Igualdad sea una prioridad en las
políticas de recursos humanos de todas las administraciones.
Porque
la mejor vacuna para erradicar el virus de la violencia de género es
la IGUALDAD.
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