8 de marzo, día internacional de la mujer.
No
hace mucho tiempo, pensábamos que algún día alcanzaríamos la
igualdad real porque ya se nos había reconocido, al menos
formalmente, a través de diferentes leyes y políticas específicas.
La
línea entre la igualdad real y formal se empezaba a estrechar. Sin
embargo, a lo largo de últimos años hemos comprobado cómo se
vuelve a distanciar, que los avances fueron un espejismo y que aún
disponiendo de abundante legislación y organismos dedicados a
promover las políticas de igualdad, no se ha llegado a alcanzar el
objetivo fundamental: "Que los hombres y las mujeres tengan las
mismas oportunidades".
Se
está distanciando tanto la igualdad real de la formal, que
solo llegando a instancias judiciales, por cierto casi siempre
europeas, se pone fin a los atropellos que se producen en materia de
igualdad.
Una
de los aspectos que vemos con mayor preocupación es la recién
estrenada Ley de Tasas. Si la estrategia de este Gobierno, consiste
en denegar lo ya reconocido por la ley, para desviar el asunto a los
juzgados, nos encontraremos claramente indefensas. El efecto
recaudatorio de la norma es muy atractivo, teniendo en cuenta la
situación de las arcas del Estado, sin embargo entendemos que
produce un efecto disuasorio muy perverso.
Este
pasado año, una trabajadora a tiempo parcial durante 18 años
comprobó cómo le denegaron la pensión de jubilación porque no
tenía el periodo de cotización suficiente. Fue el Tribunal de
Justicia de la UE quien señalo que existía discriminación
indirecta en la aplicación de esta norma, teniendo en cuenta que
perjudica a un número mucho mayor de mujeres que hombres,
contraviniendo la Directiva sobre Igualdad entre Hombres y Mujeres.
CSI-F
defiende la conciliación entre la vida familiar, personal y laboral.
La conciliación es un derecho íntimamente relacionado con la
promoción de igualdad entre sexo, además de poner coto a roles
patriarcales que sitúan a la mujer en una posición inferior y
desigual respecto al hombre.
Pero
además, las políticas de conciliación tienen un efecto directo
sobre la productividad de la empresa. Está demostrado que la
felicidad y el bienestar de los trabajadores se traslada a la empresa
o administración, convirtiéndola en más rentable, más productiva
y más competitiva.
La
Administración debe ser ejemplo en las políticas de conciliación e
igualdad de oportunidades. Sin embargo, en estos momentos la
administración va a contracorriente y estamos retrocediendo en
derechos: ampliación de jornada, reducción de días de libre
disponibilidad, rigidez de horarios, por no hablar de la situación
de abandono en la que se encuentra el proyecto del teletrabajo.
Además,
hemos llegado a un punto en el que la Administración se permitió
denegar a un trabajador, el permiso de lactancia, aduciendo que la
madre no trabaja y por tanto, no puede ceder el derecho al padre. Se
trató de una decisión discriminatoria, trasnochada y retrógrada.
Gracias
a la presión e intervención de CSI-F, el Ministerio de Hacienda
rectificó y cambió finalmente el sentido de la resolución. De esta
manera, la Función Pública ha reconocido por primera vez el pleno
derecho al disfrute del permiso de lactancia de un padre empleado
público con independencia de la situación laboral de la madre,
trabaje o no. Este es un triunfo del que todas nos debemos felicitar
y animamos a los padres para que hagan uso de este derecho con
normalidad, para que no quede en papel mojado.
Asignaturas
pendientes quedan muchas. Nos preguntamos dónde esta la
ampliación del permiso de paternidad de
4 semanas, prevista legalmente a partir de 2011, y que ha quedado
suspendida indefinidamente, manteniéndose por tanto en los 15 días.
La reforma laboral genera más dificultades, al modificarse las
condiciones laborales unilateralmente e imposibilitan todavía más
la conciliación.
También
resulta muy curioso que las recomendaciones de Bruselas, donde se
recortan salarios y derechos se aplican al pie de la letra, y por el
contrario la realizada por la comisaria Viviane Reading, sobre
incremento de mujeres en los Consejos de Administración, sea
rechazada con rotundidad, para mantener los refugios financieros
acaparados por las cuotas masculinas.
A
quienes todavía se cuestionen la existencia de organismos y
organizaciones que trabajan por lograr la Igualdad, deben comprobar
cómo la intervención ágil y contundente de estas instituciones,
consigue que se rectifiquen conductas y acciones que agreden el
principio de igualdad.
En
este contexto nos encontramos y volvemos a conmemorar el día 8 de
marzo, día de la mujer, con más ímpetu y fuerza que nunca. CSI-F,
está convencido de que es necesaria esta celebración para recuperar
el terreno perdido aunque sea acudiendo a instancias judiciales
europeas que tiren de las orejas y vengan a decir que las leyes
nacionales no pueden ir contra las Directivas Europeas y de la
Igualdad.
Pongamos
en valor la Igualdad. Las políticas de igualdad no son una materia
secundaria, auxiliar y fácilmente prescindibles. Por el contrario,
son el único camino para alcanzar la justicia social, el equilibrio
y la plena dignidad de la persona.